Jardín de cactus
Creado por César Manrique sobre una antigua cantera de la cual se extraía material volcánico. Se extiende por una superficie aproximada de 5.000 m2 y en él se muestran 1.500 cactus de 1.000 especies diferentes originarias de todo el mundo.
Situado junto a un molino de viento restaurado recientemente y del que todavía se produce gofio, y un enorme cactus metálico a la entrada, indican la posición de dicho jardín.
El Ilmo. Sr. Presidente del Cabildo de Lanzarote ha dictado Resolución nº 283/94, incoando expediente de delimitación del Bien de Interés Cultural (B.I.C.), con la categoría de Jardín Histórico, a favor del denominado Jardín de Cactus, situado en Guatiza, término municipal de Teguise, Lanzarote, de conformidad con lo dispuesto en la Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español.
El Jardín de Cactus fue realizado sobre una cantera de extracción de materiales volcánicos a cielo abierto, abandonada desde el siglo pasado, ocupando una extensión de más de 5.000 metros cuadrados. En Lanzarote se denominan roferos a estos espacios y rofe al material extraído, que no es otra cosa que la ceniza volcánica con la que se cubren las tierras de cultivo en la Isla. Aquél espacio deteriorado se rehabilitó, siendo convertido en un jardín con más de 1.400 plantas, cactáceas en su mayoría, de mil especies distintas.
La obra arquitectónica se asemeja a un anfiteatro romano. Está construida en piedra suelta vista y se dispone en terrazas, otorgando al conjunto una gran solidez. Sus piezas clave, como son el pórtico de entrada, la original tienda y el bar-cafetería, han sido construidos con piedras basálticas labradas a mano.
El espacio lo preside un molino de viento, fielmente restaurado. En su interior se muele grano tostado del que se obtiene el gofio, un popular alimento canario utilizado por la población que vivía en las Islas antes de la conquista, en el siglo XV, cuyo consumo está muy extendido hoy en día.
El Jardín de Cactus no tiene igual en la tradición de la jardinería en el mundo. Aunque César Manrique bebió del modo de hacer en Japón, el resultado final es muy original y exclusivo de Lanzarote.
Una gran pieza escultórica de Manrique, simbolizando un cactus, indica la presencia del Jardín. Llama la atención su sólido pórtico de entrada realizado en piedra labrada y el sorpresivo acceso al interior, tras el que repentinamente se descubre la exuberante panorámica del Jardín.
El recorrido puede realizarse libremente siguiendo distintos itinerarios, apreciándose la extraña belleza de las especies vegetales, de variadas formas y tamaños. En el espacio central destaca la presencia de varios monolitos naturales resultantes de la actividad extractiva. Un estanque con peces otorga frescura al espacio. El Jardín alcanza su máximo esplendor con la floración de los cactus, un espectáculo de la naturaleza difícil de describir.
Desde la perspectiva arquitectónica sobresalen los detalles constructivos labrados a mano sobre la dura piedra basáltica, así como la armoniosa resolución del edificio de la tienda y el bar-cafetería. Antes e regresar punto e partida, la visita finaliza en el promontorio en el que se encuentra el molino de viento, cuyo interior puede ser visitado, y desde el que se divisa una amplia panorámica del paisaje agrario circundante.
El Jardín de Cactus fue inaugurado en 1990, siendo la última realización de los Centros de Arte, Cultura y Turismo. Es una creación de César Manrique. Al experto botánico Estanislao González Ferrer se debe la completa recopilación de las especies vegetales que se encuentran en su interior, procedentes de todo el planeta.
He tenido la gran suerte y el honor de trabajar en dos ocasiones, en el maravilloso Jardín de Cactus; y les puedo decir que previamente me empapé de documentación desde el origen de dicha superficies.
El honorable César Manrique consiguió convertir » un lugar de muerte «, en un lugar de ebullente vida.
Él lo comenzó a crear, con un gran equipo de profesionales; con mucho Cariño y Amor, a su Tierra, a su Gente; y hoy todavía, todos sus empleados llevan la misma línea, cada uno en su función.
Personal amante de este precioso Centro y de su Tierra; que aportan esa bonita energía, aire y personalidad al Centro; y que visitantes tanto españoles como extranjeros coinciden con esta impresión del personal, amables, acogedores y cercanos.
Y no nos olvidemos del Artista, y Jardinero Especialista, Antonio, que con su especial personalidad, sensibilidad, conocimiento, y continua investigación ha hecho que ese habitat de Cactus se desarrolle con esa hermosura y belleza, de las cuales, eminentes Botánicos de prestigio mundial, quedaron asombrados.
La semilla que sembró Don César Manrique con Amor, continúa desarrollándose con el mismo Amor, gracias a sus empleados y al pueblo Lanzaroteño, grandes amantes y nobles fieles conservadores de su tierra.
Gracias Jardín de Cactus y todos los Centros Turísticos; y gracias Lanzarote, por lo que nos transmitís y aportáis con vuestra persona y vuestra cultura a todo aquel que tiene la suerte de convivir con vosotros.
Gracias