Playa del Riadero

En el Riadero se bañaban las mozas de las dos Guatizas, las de Santa Margarita y las del Cristo de las Aguas, pero sin propios atavías, a no ser los zagalejos que con el agua se les pegaban a las carnes ocasionándoles atrevidas transparencias.

Era Pues la Playa del Riadero la exclusiva ‘piscina de las mujeres» pues estas no consentían el que los varones buceen por sus aguas o merodeen por sus alrededores, mandándolos a tomar el fresco en las Caletas (hoy playa de la Caleta).

Sin embargo, en sus inmediaciones, por el Arquito y la Cueva de la Arena, las mozas permitían la presencia de un tipo curioso y romántico. Se trataba del celebre «PEDRO AVERO» que fabricó, a su manera un pintoresco chalet que no pasaba de ser un camarote de barco, can sus literas de latón, sus náuticas bombillas y sus cortinas de tela estampada, donde el legendario personaje, vivió su vida coma un sibarita haciendo retiro del mundo, aunque eso sí, sin privarse de las codicias de la carne, pues enamorado de una «palmera», acaso solitaria y sibarita como él, hacían vida conyugal feliz y poética allí a la orilla del mar junto al Riadero donde las mozas de las dos Guatizas se bañaban.

Un día desaparecieron los dos enamorados. nadie supo nada de ellos, y Guatiza ha hecho leyenda y tradición de tal episodio.

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